Aunque den el alta a un
familiar, el trabajador sigue de permiso por hospitalización
Como la ley
sólo habla de “hospitalización” a la hora de conceder dos o cuatro días de
permiso retribuido a los trabajadores, sin exigir ningún otro requisito, es
indiferente que a la persona hospitalizada le den el alta al día siguiente o
mucho tiempo después. No se puede condicionar el disfrute del permiso a cumplir
determinados requisitos como diferenciar entre alta médica y alta
hospitalaria y, por tanto, no hay base legal que permita reducir el permiso
sea cual sea la situación del hospitalizado que da derecho al permiso (sent.
del Tribunal Supremo de 5.03.12, que revoca la sentencia de la Audiencia
Nacional de 4.02.11).
Los sindicatos de una compañía del sector petrolero
interpusieron una demanda de conflicto colectivo ante la Audiencia Nacional
para exigir que la empresa no redujera los días de permiso por hospitalización
de un familiar cuando se producía el alta hospitalaria. La Audiencia falló a
favor de la empresa y entendió que tras el alta hospitalaria de un
familiar, si además le habían dado el alta médica, entonces el trabajador debía
dar por finalizado el permiso y volver al trabajo. Sólo si el familiar
debía continuar su recuperación, aunque fuera en casa, entonces el trabajador
podría continuar disfrutando el permiso retribuido. La Audiencia se posicionó
claramente a favor de la empresa, incluso haciendo suyo un ejemplo que esgrimió
ésta durante el proceso judicial: si una persona acude al hospital para que se
le practique una cirugía por laparoscopia (tipo de cirugía mínimamente
invasiva, que sólo requiere practicar al paciente pequeñas incisiones) y, tras
ésta, el paciente recibe el alta médica y se reincorpora incluso a su actividad
laboral, no tendría sentido que el trabajador pudiera seguir disfrutando de
días de asueto retribuidos, mientras su familiar ya se encuentra recuperado, o
incluso trabajando. Sin embargo, el Tribunal Supremo no lo entiende así y falla
a favor de los sindicatos. Entre sus argumentos, el Supremo deja muy claro que
mientras que la norma deja claro que el accidente y la enfermedad deben tener
la “suficiente entidad como para poder ser calificados de graves, la
hospitalización no parece necesitar tal cualidad” (art. 37.3.b del ET).
Además, entiende el Supremo que de la literalidad del propio art. 37.3.b del ET
hay que entender que basta con que concurra una de esas circunstancias
(accidente o enfermedad graves, hospitalización o intervención quirúrgica) para
que “nazca el derecho. Por eso, basta con la hospitalización para que se
genere el derecho a la licencia cuestionada, sin que la hospitalización tenga
que ser más o menos grave”. Además, el Supremo recuerda que el propio ET
reconoce la existencia del derecho a un permiso retribuido en caso de
intervención quirúrgica sin hospitalización, cuando el familiar precise
simplemente reposo domiciliario, un caso que es más leve que una
hospitalización. Por tanto, el permiso por hospitalización de un familiar “ha
de concederse con independencia de que dicho familiar siga o no hospitalizado,
es decir, sin que el simple parte de alta hospitalaria conlleve de forma
automática la extinción o finalización del permiso”.
Fuerteventura, 13 de Julio de 2012
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