Desde Rincón del Ciudadano y Derechos Civiles no podíamos ni debíamos mantener la boca cerrada ante otra nueva injusticia que desde la “Europa de los Mercaderes” se está gestando. En esta página tenemos claro que la Europa que debemos construir es una Europa Solidaria, respetuosa con los Derechos Humanos y la Dignidad de las Personas y no la Europa de los recortes, del déficit, de la corrupción, de los mercaderes y de las multinacionales.
Las naciones están obligadas a
conceder asilo humanitario y no pueden ni deben devolver por la fuerza a un
refugiado a su país de origen por el peligro que le significa.
Las últimas
negociaciones sobre quién se queda con cuantos refugiados, para ver cuánto te
doy, no es solo una tremenda desvergüenza de una Europa que no me representa,
sino que se ha convertido en la última bofetada sobre la conciencia de Europa.
El
continente asiste impávido a la peor crisis de desplazados desde la II Guerra
Mundial, de acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR). La agencia europea de control Frontex registró en los
primeros siete meses de 2015 el ingreso irregular de 340.000 personas a través
de todas las rutas y fronteras terrestres y marítimas, más del doble que en el
mismo período del año anterior y un 21% más que en todo 2014.
Familias
sirias, afganas, kosovares, eritreas, nigerianas o somalíes escapan de la
guerra, el terrorismo y la represión. Ciudadanos de todas las naciones y
organismos internacionales miran a los gobiernos europeos, que permanecen
bloqueados en una discusión sin fin sobre el reparto de los que huyen.
Mientras, miles se agolpan en campamentos improvisados y toman al asalto trenes
que les lleven a la prosperidad.
Cuanto menos
sorprende que la decisión tomada en la negociación entre las autoridades
europeas y turcas tenga como consecuencia la expulsión de los refugiados y el
cierre de las murallas de nuestra querida Europa. Seria de necios pensar que
esta decisión pueda resolver la crisis humanitaria creada. Más bien trae a mi
mente las palabras de mi amigo Massimo, compañero de trabajo italiano que hace
años me hablaba ya de los negocios de determinados políticos y empresarios
italianos que ganaban dinero, a costa de la miseria de los refugiados que
arribaban a sus costas en el sur de Italia.
Si te gustó la entrada, puedes suscribirte, darle
"me gusta" o "compartir". Gracias.
Fuerteventura, 19 de Marzo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario